jueves, 7 de enero de 2010

Y ahora ¿Qué?



1 de Enero de 2010. Son las 5 de la mañana. Llueve. Llevo esperando más de dos horas. El rumor de la alegría llega hasta mi desde unos bares cercanos. Más aún cuando se abre la puerta de alguno de ellos y escucho nítidamente la música, las risas, el calor… La gente que pasa junto a mi me observa y alguno incluso me felicita el año nuevo. Intento esbozar una sonrisa aunque a veces no pueda. Quiero creer que es el frío el que inmoviliza mi rostro aunque en el fondo sé que es el dolor.


No ha venido.


Mensajes, estrellas, promesas… Mentiras… Pensaba que este casting iba a hacer algo por mi pero está claro que sigo siendo más ingenuo de lo que creía. Durante este tiempo contacté con varios chicos. Lo sabéis. Algunos incluso se sintieron entusiasmados, creyeron que detrás de mi perfil había alguien interesante. Muchos quisieron conocerme; a bastantes les envié una foto o les vi a través de webcam, pero como si fueran naipes o piezas de un dominó cayeron poco a poco. Al final solo quedó uno conmigo. Me dijo que no quería verme, que no quería saber cómo era físicamente, que le daba igual. A pesar de todo, antes de salir de casa, le envié una foto. Me parecía lo más justo y aún así, me contestó que no iba a verla. Este es mi hombre, pensé: no solo por su forma de actuar con respecto a mi imagen sino porque sentí que habíamos conectado, porque me reía con él, porque nos contamos la vida y porque nos dio el alba levantando castillos. Me dije: ya ha llegado; ya está aquí. Por fin he conocido al que me tocaba.


Le dediqué mi última campanada…


No ha venido.





¿Qué hago? ¿Me voy o sigo humillándome? El sol se refleja ya en los cristales de las torres Isozaki y no sé si seré capaz de soportar mi rostro a la luz del día. Hemos quedado en la escalinata que está en la mitad de los dos rascacielos. Pensé que quedar aquí sería bonito porque cuando el arquitecto las diseñó quiso imitar las de la Piazza di Spagna en Roma y yo siempre le decía que algún le llevaría en moto por las calles de esa ciudad. Es una tontería, lo sé, pero me gustaba y a él también. Creo que es el momento de irme. No me importa esperar más pero ya sé que no va a venir.


Está oscuro. El día aún no ha llegado aquí. Alguien a quien ni siquiera veo la cara me está comiendo la polla. Estoy llorando.


No ha venido.




PD: Y a pesar de todo seguiré adelante. Hoy estoy mal pero mañana estaré mejor. De eso estoy seguro. Llevo 40 años virgen, que más me da esperar un poco más...


PD 2: La pena es que ya he quitado el perfil. Seré tonto… Con la de contactos majos que tenía por ahí y que perdí pensando que no los iba a necesitar… 


A ver, el de la campanada nº 11. Ya sé que te he dado calabazas, pero el Viernes estoy libre…




No ha venido.



2 comentarios:

  1. ¡Él se lo pierde! Ya sé que es una frase muy manida, pero es verdad

    ResponderEliminar
  2. AAAAAy el gaydar!!! No desesperes, vuelve a crear el perfil, miles como tu lo hacen a diario.

    Yo al final después de 3 años con perfil encontré al chico de mis sueños. Así q paciencia!!!

    ResponderEliminar