jueves, 10 de diciembre de 2009

Fronteras


Mucha gente está preocupada por si mi perfil es real o no, si la foto corresponde con mi edad, si lo que cuento es cierto... y yo me pregunto ¿Qué mas da? Todos nuestros perfiles son reflejos más o menos fidedignos de una realidad; elegimos nuestra mejor foto, contamos la parte más interesante de nuestra personalidad e intentamos construir un personaje atractivo que nos consiga ligues, novios, aventuras... 


Pero, ¿Qué hay de verdad en lo que mostramos? ¿Somos o no somos como aparecemos? Los límites entre lo real y lo imaginario, entre la ficción y la realidad son muy endebles.  Por supuesto, esta discusión sobre las fronteras de la percepción no es nueva: ni me la estoy inventando, ni estoy siendo original. Es tan antigua como la cultura humana y solo hay que leer un poco a Platón para saberlo...


Pero no voy a daros la chapa ni me voy a poner pedante. Voy a hablaros de mi, que era lo que me importaba en este post porque tengo algo muy importante que contaros y que quiero que sepáis:  Casi todo lo que cuento es mentira...  (silencio) Ya está, ya lo sabéis, ya me puedo quedar tranquilo. Muchos lo imaginaban y espero que los garantes de la verdad descansen de una vez. A ellos les digo que soy un mentiroso y de los gordos.  Por todo esto merezco la exposición pública, el lapidamiento, el destierro y lo sé.



A los que no les importe mucho si esto es una farsa o no, les diré que para ser justos mi afirmación anterior tampoco es del todo cierta (Qué jaleo, ¿verdad?). Hay hechos que son veraces y hay otros que no. Por ejemplo, las fotos no son mías (y  a alguno le parece tan mal que hasta me quiere denunciar por uso indebido de las imágenes...) Pero detrás de todo estoy yo, contando parte de mí. Claro que he estado en carreteras escondidas, claro que me he perdido por los pasillos en penumbra de lo prohibido, claro que me gustaría un compañero de viaje que me haga temblar de deseo... y si busco entre líneas, encuentro que no hago otra cosa que expresar mis  miedos y esperanzas. Hay mucho más de mi en estas páginas de lo que estoy dispuesto a aceptar... y lo comparto públicamente como una forma de exorcismo o un grito de solidaridad y empatía con los que no somos lo más de lo más.


¿Y es que dónde empieza el personaje y dónde la persona? Vosotros elegís.




No hay comentarios:

Publicar un comentario